miércoles, 2 de julio de 2008

TESTIMONIOS


La Danza de la Virgen
Como simepre, asistimos a la Misa del primer Sábado, dedicado a la Santísima Virgen, el día 2 de diciembre de 2000. Varios hermanos de Santiago y una hermana de Quilpué bajamos del Monte a las cuatro de la tarde, pero antes nos colocamos frente a la Virgen que está sobre un pilar y le cantamos, despidiéndonos como to hacemos siempre.

Eramos en total 13 hermanos, entre ellos un varón y un niño. De improviso empieza la Virgen a oscilar de derecha a izquierda. Todos los que estábamos cantando, presenciamos esta bendición y llorábamos de alegría, dando gracias a Nuestra Madre Santa.

Nuevamente, el primer Sábado, 7 de abril de 2001, estábamos todos en fila, cantando a la Virgen frente a esa imagen que está sobre un pilar, y Ella nos vuelve a bendecir con el mismo milagro. Ahora la ven otros hermanos que se agregaron a cantar con nosotros. Ya son varios los testigos de esta gracia de Dios.
¡La siempre Bendita está alegre con los cantos!

El 5 de Mayo de 2001, primer Sábado de mes, otra vez la Santísima Virgen nos bendice con un movimiento distinto; su cuerpo gira de derecha a izquierda como danzando. No se mueve el pilar; sólo Ella.
Ya son varios los testigos de esta maravilla que nos llena de gozo en el alma y espíritu. Estamos ciertos de haber visto esto.

¡Gracias, Madre! Te amamos y queremos amarte más aún.

Ema Saldías lbacache,
Elena Badale n lnostroza,
Irma Saldía lbacache,
Roherta López, lsabel Saldías lbacache,
Regina Herrera Scínchez, Jovita Saldía y
Norma Cortés
Monte Carmelo de Peñablanca,
2 de Junio de 200
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Agradecimientos por Sanación

Doy gracias a Dios y a Nuestra Madre por haberme sanado de una enfermedad de cáncer al endometrio.Gracias por la intercesión de Nuestra Madre y la oración de nuestros familiares a través del Santo Rosario.
Gracias por la intercesión de tantos hermanos en la fe. ¡Gracias, Señor!

Ester Albornoz - Calama
Región de Antofagasta
Santuario del Monte Carmelo de Peñablanca
3 do Junio de 2001



Luces Inexplicables
Esto ocurrió a fines de las Apariciones de Peñablanca, tal vez durante los últimos meses del año 1987 o comienzos de 1989.

Sube al Monte Carmelo un hombre que tenía muchas dudas sobre la verdad de las apariciones. El quería observar el show, tal vez incluso para comprobar que todo era falso.
En cierto momento se producen aquellas luces inexplicables que caían del cielo, brillaban en las copas de los olivos y, esta vez, iluminaban la gran cruz blanca que se eleva majestuosa al sur del Jardín Santo. El hombre ve que la cruz se ilumina. Molesto dice para sí: "ésta no the la pegan". Y piensa que todo es obra de fuerza eléctrica que se le ha colocado a la cruz y que ahora la están encendiendo para engañar a la gente. El sabe de electricidad. Seguro de sí va por su cuenta a investigar para comprobar "el engaño". Busca al pie de la cruz, escarba el suelo, busca los cables supuestos entre la cruz y el Jardín. Nada, por ninguna parte. Desde la reja, mira para atrás a la Cruz. Está apagada. De repente comienza a iluminarse brillantemente de abajo para arriba. La luz va aumentando hasta que la ve toda iluminada. Entonces el hombre cae hincado y pide perdón a Dios por su desconfianza a incredulidad.
Desde ese momento hay un nuevo convertido en Peñablanca. Dios to bendiga.

N. Q. D. N.
Monte Carmelo-Peñablanca
1987-1988



Testimonios de valor de la Oración
Subí, al Monte Carmelo de Peñablanca el día 2 de octubre de 1999, primer sábado de mes. Era la fiesta de los Santos Angeles Custodios. AI bajar del bus, la cadenilla que llevaba al cuello con medallas se me abrió y las medallas se me cayeron al suelo. Sólo me di cuenta después, sin poderlas encontrar. A consejo de una señora que me acompañaba, invoqué a los santos ángeles, puesto que me afligí mucho, pues estas medallas las cuidaba y quería mucho por ser sacramental protector. Arriba, junto a la reja del Jardín Santo, pedí con todas mis fuerzas poder encontrarlas. Sentí como si se me dijera: "invócame y las encontrarás". Yo, simplemente, oré con fuerza y sentí el gozo interior de la oración escuchada.

A1 bajar del Monte Carmelo, en la explanada, pedí nuevamente a Nuestra Madre y mi Ángel Guardián que las encontrara. A escasos metros del bus, en el suelo, encontré intactas y una a una las medallas, esto pues mientras caminaba se me cayeron al suelo. Lo que no puedo explicar es cómo no les pasó nada, y nadie las había tocado. Más que simplemente haber encontrado este sacramental tan poderoso que es una medalla, Nuestra Señora me enseñó, una vez más, y en el mismo Monte Carmelo EL PODER DE LA ORACION. En un hecho tan simple, ella me to enseñó. El "invócame y to encontrarás" que sentí en mi corazón, me indicó "ora y tendrás todo cuanto necesites".

Gracias Jesús, Gracias Dama Blanca, gracias Ángel de mi Guarda, por haberme enseñado el poder de la oración del corazón. Amén. Alabado sea Jesucristo.

DANTE GUTIÉRREZ SÁENZ RUT: 15.479.409-3
Santiago, 24 de mayo del 2000.

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